martes, 31 de marzo de 2015

ELLA

Ella, deseada por todos, querida por nadie.
Sola, sin amor, sin dinero, sin dignidad.
Ella, mirada perdida, rostro desencajado, sonrisa forzada.
Huele a perfume de rosas, rosas de un pakistaní.
Ropa delicada, ropa usada, sin color.
Pelo largo, teñido y estropeado.
Tacones finos llevan sus pies.
Levanta la cabeza, mira al frente y decide cruzar de acera.
Contonea su cintura y se para donde siempre.
En esa misma esquina, donde retoma su relación lésbica con su mejor amante,
La soledad.
Aparta el pelo de su cara y se ve reflejada en el escaparate de bing-ian.
Una lágrima recorre su maquillada mejilla y ve que alguien se le acerca.
Sin poderle mirar a la cara ella le dice:
     -20 euros completo
Y él le responde:
     -Madre solo venía a darte un abrazo.

lunes, 30 de marzo de 2015

Pero ¿Quién tiene razón?

Pero ¿ quién tiene razón?
Invierno de nostalgia o primavera clandestina.

Tú me devolviste, el sabor de los sueños escondidos.
Hiciste renacer en mí, sentimientos perdidos.
El frio nos abrigó con su blanca capa de escarcha,
y nos dejamos llevar hacia lo desconocido.
Volviste a abrir, la herida ya cicatrizada,
que divide mi pecho en dos.
Entre el amor y la razón.
Sellaste la puerta de la soledad,
y abriste la ventana de la brisa.
Sin rumbo, a ciegas, con los sentidos,
me llevaste a un lugar donde nada encuentro,
Donde nada hay.
Pero es un lugar donde yo siento.
Siento vivo mi cuerpo, mi alma y mi ser,
Y no puedo escapar, porque cerré la puerta al salir.
No quiero escapar, porque te tengo aquí.
Aunque tu respuesta sea siempre el silencio.
Frio, seco y sepulcral silencio.

Y tú, vienes ahora.
Con toda tu luz a derretir las lágrimas de escarcha que él me dio.
Vienes cantando una melodía de Bregovic,
para volver patas arriba, todo lo vivido.
Tú, dulce y soñadora,  radiante entre todas,
vienes a mover las fichas que él nunca se atrevió.
Aguardas en tu vientre un pequeño soñador.
Abres la ventana del olvido,
y me alejas de él, porque él sigue sin respuesta.
En silencio, sin saber que decir.
Vienes con fuerza y con sabor.
Un sabor dulce, a fruta fresca, a flores rojas,
que tendré que descubrir.
Me coges de la mano y escapamos
a ese lugar donde nadie conoce.
Y me arriesgo a descubrir,
el más puro de los deseos que él no supo describir.

Y mientras tanto en este paso de incertidumbre,
Me sigo preguntando:
¿Quién tiene razón?
¿El invierno frio, de pasión y nostalgia o

La primavera  clandestina de sueños latentes?