Pero ¿ quién tiene razón?
Invierno de nostalgia o primavera clandestina.
Tú me devolviste, el sabor de los sueños escondidos.
Hiciste renacer en mí, sentimientos perdidos.
El frio nos abrigó con su blanca capa de escarcha,
y nos dejamos llevar hacia lo desconocido.
Volviste a abrir, la herida ya cicatrizada,
que divide mi pecho en dos.
Entre el amor y la razón.
Sellaste la puerta de la soledad,
y abriste la ventana de la brisa.
Sin rumbo, a ciegas, con los sentidos,
me llevaste a un lugar donde nada encuentro,
Donde nada hay.
Pero es un lugar donde yo siento.
Siento vivo mi cuerpo, mi alma y mi ser,
Y no puedo escapar, porque cerré la puerta al salir.
No quiero escapar, porque te tengo aquí.
Aunque tu respuesta sea siempre el silencio.
Frio, seco y sepulcral silencio.
Y tú, vienes ahora.
Con toda tu luz a derretir las lágrimas de escarcha que
él me dio.
Vienes cantando una melodía de Bregovic,
para volver patas arriba, todo lo vivido.
Tú, dulce y soñadora,
radiante entre todas,
vienes a mover las fichas que él nunca se atrevió.
Aguardas en tu vientre un pequeño soñador.
Abres la ventana del olvido,
y me alejas de él, porque él sigue sin respuesta.
En silencio, sin saber que decir.
Vienes con fuerza y con sabor.
Un sabor dulce, a fruta fresca, a flores rojas,
que tendré que descubrir.
Me coges de la mano y escapamos
a ese lugar donde nadie conoce.
Y me arriesgo a descubrir,
el más puro de los deseos que él no supo describir.
Y mientras tanto en este paso de incertidumbre,
Me sigo preguntando:
¿Quién tiene razón?
¿El invierno frio, de pasión y nostalgia o
La primavera
clandestina de sueños latentes?