domingo, 19 de julio de 2015

DE LEGAZPI A LAVAPIÉS



Próxima estación, Legazpi.
Subes al mismo vagón y te aferras a la barra de enfrente. 
Te miro, me miras. Conectamos en cuestión de segundos.
Delicias, recorremos nuestros cuerpos milimétricamente con nuestra mirada.
Palos de la frontera, algo sucede entre tus piernas.
Embajadores, acaricio mi nuca y muerdo mis labios. 
Lavapiés, te deseo buenas tardes y bajo del vagón.

jueves, 2 de julio de 2015

LA LUNA Y LA PEQUEÑA ESTRELLA

Cuenta la leyenda, que hay una estrella muy, muy pequeña, que cada cierto tiempo pasa rozando a la luna, y de ese roce de ambos astros, se desprenden unas motitas de polvo tan diminutas, que apenas se pueden ver. Según los antiguos astrólogos y magos, esas partículas se esparcen sobre la tierra, y todo aquel niño que está naciendo en ese mismo instante, tiene un don, una virtud, es alguien especial. Suena curioso, pero aquellos astrólogos, magos, filósofos, matemático y sabios, nunca supieron el porqué de este fenómeno. Hicieron miles de cálculos, sacaron cientos de hipótesis y decenas de conjuros, pero jamás supieron resolver el fenómeno de la luna y la pequeña estrella.

En cambio, los actores, músicos, poetas y juglares lo tenían claro. Ellos decían que cuando cantaban, hacían sonar sus instrumentos, se subían a las tablas de un escenario o recitaban poesía, a su alrededor se formaba un ambiente muy especial y lleno de magia, donde artistas y público se fundían en uno. Era tal la energía creada por los artistas, que custodiada por un pequeño duende se lanzaba al universo con tal fuerza, que provocaba el desequilibrio de la pequeña estrella, y esta perdía el equilibrio y la noción del tiempo. La luna, con todo el cariño que puede dar una madre la recibía con los brazos abiertos, y tras una caricia, la devolvía a su sitio hasta el próximo traspié, que no tardaría en ser provocado por los artistas que habitaban en la tierra.

Por eso, cada vez que algún artista canta, toca, actúa, recita… se crea un ambiente mágico, donde aparece el duende. Este viaja hasta el punto de encuentro de la luna y la pequeña estrella, recoge el polvo mágico que se produce cuando se abrazan y vuelve a la tierra a esparcir la magia sobre el niño que esté naciendo en ese mismo instante, un futuro artista.

Y es esta la explicación, de porque hay gente que nace con duende, magia, arte… Una sensibilidad especial.