lunes, 20 de abril de 2015

Cruce de miradas

Disculpa,
Todos los días nos encontramos en este mismo lugar.
Tú sales del teatro,
Yo vengo de la oficina.
Todos los días nuestras  miradas se cruzan en  este mismo lugar.
Hemos tropezado,
Nos hemos pedido la hora cientos de veces.
Nos sonreímos,
Todos los días, le hacemos trampas a nuestro destino,
Por vernos en este mismo lugar,
Y sin embargo no somos capaces de decirnos nada.
Ocultamos el lenguaje de nuestras miradas.
Y junto con nuestro ego, seguimos nuestros propios  pasos.
Casualidad, coincidencia, no lo sé,
Pero por qué no dejamos de darle la espalda a nuestro destino,
Y aunque sea por una vez.
Solo por una vez,
Nos damos una oportunidad…

… inacabado…


martes, 7 de abril de 2015

Dulces, chocolate, café...



Aún con los ojos cerrados,  veo que el sol ya está en su sitio.
Me sumerjo bajo el edredón, no quiero salir de allí.
Estiro el brazo con la esperanza de que sigas ahí,
pero tan solo un vacío hay en tu lado de la cama.
Mis parpados se despegan lentamente.
Hago un barrido por la habitación.
Ni  siquiera hay rastro de ti.
Un dolor extraño se apodera de mí.
 Siento que se me desgarra el vientre,
Como si alguien me arrancara el alma.
Pongo un pie en el suelo,
Y con los ojos bañados de dolor,
me levanto y planto cara a la situación.
Me encierro en la cocina,
Dulces, chocolate, café.
Enciendo un cigarro e imagino,
Imagino todo aquello que podría haber pasado.
Una enorme losa cae sobre mi pecho.
Chocolate, chocolate, café
El llanto se apodera  y las mejillas se bañan,
las lágrimas caen sin cesar.
Ya no hay espacio en los ojos para ellas.
como tampoco hay espacio en los tuyos para mí.
Chocolate, chocolate, chocolate
Doy una calada lentamente,
y observo como se consume el cigarrillo,
al igual que se consume mi paciencia.
Lanzo la colilla por la ventana,
y lanzo mi imaginación pensando que podría haber pasado,
si algún día te hubieses acostado en tu lado de la cama.
Cierro los ojos, suspiro y me pregunto...

¿Quién dijo que los hombres no tenemos la regla?

miércoles, 1 de abril de 2015

Amor a plazo fijo, sin intereses.

Nos conocimos en un banco, concreta-mente en la glorieta de Santa María de la Cabeza. Nuestras madres, iban a hipotecar sus vidas por nosotros, y nosotros, con toda la inocencia del mundo, pusimos nuestro amor en una cuenta a plazo fijo, sin intereses.“Qué bonita eres, creo que me he enamorado” y tú me lanzaste un beso que selló, nuestro mejor tesoro, EL AMOR. Y hoy podemos decir, que esa fue nuestra mejor inversión. 



Esta mañana, haciendo cola en una banco, he presenciado una de las historias de amor mas bonitas, que probablemente no volveré a ver.
Un niño de unos 4 años esperaba en la cola con su madre, no paraba de moverse, estaba inquieto, y alborotando toda la sala. De repente, entra otra señora, con una niña de unos 2 años, que estaba llorando. Su madre, al final decide cogerla en brazos. El niño, se queda paralizado y mira a la niña, se acerca y le dice en voz alta. "Pero que bonita eres". La niña de repente deja de llorar y mira al niño. El niño, mira a su madre y le dice, "Mamá, creo que me he enamorado". La niña mira al niño y le lanza un beso. Se cogen de la mano. 
EL niño, estaba quieto, tranquilo, parecía otro y la niña ha dejado de llorar.
Y yo me he preguntado:

¿Que pasaría si los adultos, nos dejáramos de tantas tonterías y fuésemos tan claros como ellos?