martes, 31 de mayo de 2016

CONDENADOS


Verdad  sería, pasear mi dedo índice,
por la curva más ancha de tu suave y delicada oreja.
Verdad, sería arrastrar tu lengua por mis labios,
hasta pincharte con el acero rojo que brota de mi piel.
Verdad sería, fusionarnos en un abrazo,
siameses sin rostro y corazón en puño.
Pero  verdad es, que vivimos presos por el tiempo,
y este pasa, pasa y no mira atrás.
Atrás como nosotros miramos día a día,
tras las tapias de esta cárcel que nos mantiene inmóviles.
Pero verdad es, que seguimos rezando a nuestros  fantasmas,
Entonando el “mea culpa”, rodillas ensangrentadas,
A la espera del milagro insensato, de la divina mentira.
Cumplimos nuestra condena,
Yo en las ramas, tú en la arena.
Condena a cadena perpetua,
A pasear mi dedo, a arrastrar tu lengua.

Yo en mis sueños, tú en la arena.

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